jueves, 17 de diciembre de 2009

Juan tiene 15 años. Está ahí arriba mirando expectante a sus compañeros, sus profesores, los administrativos y una señora de verde. Ellos tambien lo miran a él y parece que le dicen algo. Sólo percibe ruidos que lo pertuban.

Antes de subirse ahí, a Juan nadie lo miraba ni le decía nada. Ni los profesores, ni los alumnos, ni los administrativos, ni la señora de verde. Sólo recibía anónimos en su móbil: "eres hombre muerto" "te vamos a reventar". Sólo escuchaba risas a sus espaldas. Se subió para quitarse de enmedio y descubrió que una vez arriba, la gente lo miraba, le hablaba, se interesaba por él. Escuchó decir a la señora de verde: ¡Juan, baja ya hombre! Sabía su nombre. Él jamás la había visto, pero ella no solo lo había visto, sino que sabía su nombre.

Bajó.

Sólo nos fijamos en Juan cuando está ahí arriba subido, amenazando con tirarse, con la cara asustada, temblando, desorientado...

Juan no es un inadaptado; Juan debería tener derecho a ser respetado por el resto de los compañeros, sea como sea, actúe como actúe, provenga de donde provenga, piense lo que piense, vista como vista, tenga el aspecto físico que tenga y sea quien sea.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

A lo mejor no fue una expulsión del Eden, sino una Beca para que adquirieran conconimientos más allá del Paraíso.
Cuando Adán y Eva comieron del fruto de la sabiduría del bien y del mal, Dios comprendió que ya estaban preparados; que podía fiarse de ellos, que el hombre y la mujer que él había creado, habían crecido y necesitaban explorar el mundo. Y Dios, sabiendo de la pena que sus criaturas sentirían al tener que dejar al padre, viejo y solo, decidió ser cruel con ellos y los obligó a abandonar el Eden.
Mientras se alejaban, aterrados, con frío, entre sollozos y temblores, Dios en voz baja les dijo: "Idos y que la paz sea siempre con vosotros". Respiró tranquilo y pensó: "son dos chicos listos y espabilados. Sabrán apañárselas".

martes, 15 de diciembre de 2009

¿Qué queremos hacer con el mundo? ¿A caso queremos que desaparezca?
Es un sinsentido todo lo que hacemos en contra nuestra: contaminamos nuestro aire, ensuciamos nuestra casa.
Nuestros padres no nos educaron para cuidar y respetar nuestro hábitat. Tampoco hay políticas al respecto.
Fumar es malo; coger el coche es malo. La mayoría de muertes entre jóvenes son debidas al tráfico y al tabaquismo. Y la mayoría de problemas de polución urbana, es debida al tráfico el cual, según algunos estudios, influye más que una planta industrial.
Hemos perdido la capacidad de pensar en nuestro bien. Pensamos en nosotros, pero no en nuestro bien. Cuanto más ogoístas somos, más daños nos hacemos a nosotros mismos. Esto es muy obvio, lo sabemos y nos da igual.
Contrubuimos a nuestra autodestrucción y mientras lo hacemos, experimentamos un placer inmenso y especial. Sabemos que nos hacemos daño, pero asumimos ese riesgo. Incluso pagamos por ello; dejamos en ese intento parte de nuestro salario.
El mundo es un inmenso parque de atracciones en el que lo importante es segregar adrenalina. Y a eso, algunos lo llaman libertad
--¿Viste? Ya huele a Navidad: las luces en las calles, los villancincos, los escaparates, las vacaciones, el frío, la nieve, los puestos callejeros, las postales, las felicitaciones, el décimo de lotería, los belenes, los arbolitos.

--¡Mira, un pobre!

--Ah, sí... Como te iba diciendo... la familia reunida, los frutos secos, los regalos de los abuelos, de los tíos, los primo...¿Te gusta la Navidad, mi amor?

--¡Oh, sí! me gusta tú navidad.

--¿Cómo la mía, mi amor? No es la mia... Es la que hay.

--Bueno... está la del cole: la del amor, la solidaridad, la frateridad, la paz, la pobreza -esa que siempre está ahí, como el pobre, pero que en estos días a la maestra le dio por hablar de ella. Esa navidad no me gusta mucho, menos mal que existe la tuya que es coherente.

--¿Cómo coherente? No entiendo. ¿Acaso pensás que la navidad de la maestra no es coherente?

--No sé. Si te hablan de pobreza, solidaridad, amor ¿cómo vamos a tener ganas después de cantar, comer, bailar y reir? Tú sos coherente, no me contaminás el alma con problemas ajenos a las que yo debo hacer frente. Tú sos muy lindo, y por eso te quiero.

--Vale, me convenciste. ¿Viste este billete? es de los grandes ¿lo viste? Vé y echáselo al bote.

Padre e hijo se dan la mano y se les ve yendo andando, medio bailando, cantando alegres villancicos.

domingo, 29 de noviembre de 2009

El mundo no está bien montado. Están todas las piezas, pero descoladas. No es que eso importe. Mucho no importa, el mundo sigue girando. Quizá si se deshiciese el puzle y se volviese a montar, pero esta vez con cada pieza en su sitio, no afectaría mucho. El mundo seguiría girando, en su movimiento de rotación y de traslación. Hace mil años, las piezas del mundo seguían descoladas, y el mundo seguía girando. Hoy siguen las piezas mal puestas. Todos lo sabemos. Todos sabemos que estamos descolocados. Alguna vez, en un momento puntual, alguien encajó, pero no del todo, encajó en su sitio, sí, en el sitio del mundo que estaba hecho a su medida, pero le acloparon piezas que no le correspondían. Todos sabemos que nadie ocupa el lugar que le corresponde, pero tampoco sabemos cuál es nuestro lugar. No nos dejan probar. Los lugares cómodos del puzle nadie quiere abandonarlos, y como el mundo gira, no pasa nada, aunque esté usurpando un hueco, aunque le quede grande e invada el hueco siguiente... que lo ocupe una pieza más chica. El mundo en su eterno girar está mareado y no repara en sus piezas, le da todo igual; las piezas no es su problema. Su problema es el movimiento, el baile constante sobre sí mismo y sobre el cosmos. El mundo vive ajeno a la composición de sus piezas. Todos estamos descolados quizá un movimiento violento del mundo nos reubique de nuevo. Mientras llega ese momento intentaré acoplarme en el hueco que me han dejado.
Oigo como cae la lluvia a raudales
Mientras pienso en los días que han pasado
y como se han llevado mi legado
Veo dibujos de agua en los cristales.

No quiero pensar más en tantos males
Sólo aspiro a vivir ilusionado
De pie, caminando o tumbado
rodeado de personajes cabales

LLueve, en la calzada caen las gotas
No quiero llorar más, no puedo más
Que mis pesares sean palabras rotas

Por una vez venza el bien sobre el mal
y que la flor que sin espina brota
quien la cuide siempre le sea leal

sábado, 28 de noviembre de 2009

Este año de 2009 celebramos el veinte aniversario de la caída del mundo..

Muro! Te has confundido...

Ah sí, perdón, muro. Gracias a la caída del muro muchos países salieron de la pobreza y abrazaron la democracia, la igualdad y la libertad. Desde entonces ya no hay crisis, guerras ni enfermedades en el mundo..

Ey..ey, ¿cómo en el mundo?

¿En el muro?

No, no, céntrate. ¿Pero qué quieres poner?

Pues no sé. Yo quiero hablar de lo bonito que ha sido todo desde que la gente rompió ese trocito de pared que nos dividía y nos alejaba y nos hacía inferiores y malos y ahora gracias a la caída del muro con él también cayó un mundo para renacer otro lleno de paz prosperidad, bienestar trabajo, justicia y libertad.

¡Ay, señor!

Soneto

Me dicen que me pierdo en tus miradas
Qué sabrán ellos de mis pensamientos
Si son livianos cual ligeros vientos
O semejan violentas marejadas

Me dicen que no estoy muy relajada
como si me embargara el sufrimiento
y yo los tranquilizo y les miento
y regreso a mi mundo con mis hadas

Qué difícil me es explicar al mundo
Lo feliz que soy cuando estoy soñando
Qué fácil que es cuando me confundo

Dejarlo todo y seguir jugando
Y salir de este pozo tan profundo
Si sé que tus ojos me están mirando
Salía el sol por Antequera, pero a mí me daba lo mismo porque yo no vivía en Antequera. Antequera estaba al final de la carretera, yendo hacia el interior. Pero yo no quería adentrarme, yo quería escapar hacia el mar.
Cádiz es una ciudad pequeña, incómoda de llegar por carretera a las horas puntas. En verdad, es una isla unida al resto de la pronvincia por un puente. Yo no nací en Cádiz, tampoco he vivido muchos años ahí, pero me gusta imaginarme gaditana porque era la zona más alejada de mi mundo conocido, era mi Finisterre particular. Era donde terminaba la realidad y comenzaba lo imaginario. Más allá de Cádiz, a pocos kilómetros, el extranjero, esa fascinación tan grande, lo otro, lo diferente, lo imcomprensible.

Me harté de extranjería, de berbería, de hachis y de té. Crucé el mar escoltada por delfines que se masturbaban con las olas al verme escapar gracias al genio que me había concedido mi deseo. Mi tercer deseo o mi cuarto, ya no sé bien... Han sido tantos. Y llegué y vi y sentí y aprendí y conocí y gocé y disfruté. Y se acabó, afortunadamente. Me queda el recuerdo, los amigos, las fotos y un cinturón de cuero que compré en Marrakech. He vuelto más veces, pero ya los delfines no me acompañan. O sí, pero las nubes me impiden verlo.

Dicen que salía el sol por Antequera... no sé... no soy madrugadora.
Bueno un blog más y unas carpetas menos. Espero poder poner todo lo que he escrito por ahí y pegarlo aquí. Son impresiones mías particulares sobre el mundo y lo mundano, sobre las relaciones, sobre las soledades y sobre todo sobre mí, sobre mi manera personal de ver este mundo tan bonito que me ha tocado habitar. Creo que nadie lo leerá porque no pienso publicitarlo. Será mi espacio cibernético, al que solamente tendré yo acceso, y desde el que me desahogaré de todo. Porque ya estoy harta de patalear en casa, en el trabajo, en las instituciones, en la calle... Patelearé aquí, en la seguridad del anonimato. He elegido un nombre común, un apellido común, un lugar común. Soy una más de esta inmensa maraña, un miembro insignificante, mediocre, con un papel prescindible dentro del conjunto de la sociedad, limitado únicamente a crecer, multiplicarme y morir... y nada más... y nada menos.
Escribiré cuentos, poesías, reflexiones... todas mías, no me gustan los plagios, no me gusta memorizar o copiar cosas de otros. Cada vez me interesa menos de la vida de los otros. He vuelto ha considerarme el centro del mundo y estoy cómoda con esta consideración: Yo, para mí soy yo y mis circunstancias, fuera de yo no hay nada, fuera de mí no hay nadie. Si yo no estoy se acaba todo. No existe lo que no puedo percibir, no existo para quien no me puede percibir.
Todo esto no son filosofías: son Impresiones.