miércoles, 30 de abril de 2014

Mi ideal de paraíso.

Me gustaría que el paraíso fuera una gran escuela en la que la eternidad se pasara aprendiendo. Cada cual aprendería sobre aquello que más le interesara, con un buen profesor, con el mejor cuya sabiduría fuera absoluta. Me pasaría la eternidad sentada en mi pupitre, escuchando hablar sobre historia, sobre literatura, sobre el cosmos, sobre la vida, sobre mí. Me gustaría que hubiera una clase dedicada a conocerme a mí misma. Que me explicaran clara y concísamente cómo soy, qué hice mal, qué hice bien. . Sé que no hay, que no habrá, que no habría segundas oportunidade. No quiero un paraíso con huríes, ni masculinos ni femeninos; no quiero contemplar a nadie durante toda la eternidad, quiero contemplar  mi interior y con ayuda de un psicólogo absoluto con una terapia absoluta, comprender y explicarme qué podria haber evitado, cómo podría haber sido mi vida de haber hecho las cosas de otra manera. Entender, conocer y admitir cuáles fueron las causas que me provocaron mi propio daño y el de las personas que más quise. Solo así, tal vez, quizás, pudiera, por fin, descansar en paz.

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